lunes, 2 de agosto de 2010

EL ORIGEN, LA RIOJA ESPAÑA

Primer milenio antes de Cristo, Berones, Peledones y Vascones
Distribución de las diferentes tribus según Ptolomeo

A principios de la Edad de Hierro existían en la zona asentamientos indoeuropeos de tipo Hallstático. Se conservan algunos restos datados en el siglo X a. C. Sin embargo hay que tener cautela a la hora de identificar la cultura material de un grupo con su etnia. Sin duda diferentes pueblos de distintas raices podían adoptar los mismos tipos cerámicos, construcciones, etc. Y esto es importante pues hay indicios de que en La Rioja poblaron desde muy antiguo pueblos no indoeuropeos, en concreto pueblos vascoides. Tales indicios se basan entre otras cosas en la antroponimia vasca de las estelas del Alto Cidacos de la zona riojano-soriana.

Posteriormente con la llegada de los romanos ya tenemos las primeras referencias textuales de los pueblos que habitaban La Rioja en esas épocas. Los Berones se encontraban en el Valle del Ebro preferentemente por La Rioja alta, los Vascones por la Rioja baja en el Ebro y en las cuencas bajas de sus afluentes, y los Pelendones en las zonas de sierra.

Los principales asentamientos Berones fueron Vareia (capital de facto situada en los alrededores de Logroño), Oliva (actual Leiva), Tritium (actual Tricio.

La principal ciudad vascona de las que se documentan en la Rioja fue Calagurris (probablemente un exónimo ya que esta denominación se registra en los autores grecolatinos); sería mejor denominarla Calagorri como consta en fragmento cerámico de una pieza del taller del calahorrano Gaius Valerius Verdulius, el cual sin duda sabía como sus paisanos calahorranos denominaban a su ciudad mejor que los escritores grecolatinos, los cuales no la pisaron nunca. La otra ciudad vascona de La Rioja fue Graccurris/Gracouri, localizada en las actuales eras de San Martín de Alfaro.

Los Pelendones ocuparon entre otros el asentamiento de Contrebia Leucade, situado en la actual Aguilar del Río Alhama.

Romanización
Los romanos, debido a las Guerras Púnicas contra los cartagineses, se ven empujados hacia la Península Ibérica, encontrándose en Ampurias en el 218 a. C. El 193 a. C., Catón el Viejo atacaba a los pueblos celtíberos del valle del Ebro. El 187 a. C. los celtíberos de Calagurris eran derrotados por M. Acinio.

En el 179 a. C. Tiberio Sempronio Graco fundaba Gracurris (la actual Alfaro).

Hispania no fue ajena a las disputas políticas y militares de los últimos años de la República Romana, cuando Quinto Sertorio se enfrentó al partido de los aristócratas encabezado por Sila en 83 a. C. Sertorio arrasó Vareia el 76 a. C. sometiendo a los Berones. Pompeyo conquista Calagurris y Gracurris en el 74 a. C.

En base a obras como el Anónimo de Rávena o el Itinerario Antonino y los restos encontrados, se deduce que existieron en La Rioja largas redes de comunicaciones, muchas de ellas comunicaban con Vareia. Estas fueron vigiladas por legiones romanas, siendo algunas Legio VII Gemina (que crearía León), la Legio VI Victrix o la Legio IV Macedónica.

El Senado Romano dividió Hispania en dos provincias, Citerior, la más próxima a Roma y la Ulterior, la más lejana, quedando el territorio de La Rioja en la Citerior. Posteriormente César Augusto reforma la administración provincial subdividiendo en conventus. La Rioja quedaría dentro del Caesaraugustano en la provincia Tarraconense.

Las costumbres romanas se implantan en el territorio, encontrándose algunos ejemplos de arquitectura romana en Calagurris, Vareia, Cihuri.

La zona era un importante eje comercial, tanto terrestre (por las calzadas), como fluvial (el Ebro era navegable hasta Varea), siendo uno de sus mayores exponentes el comercio de cerámica de terra sigillata, donde destacaba la fabricación de Tritium Magallum. Derivado de la importancia del comercio, se crearon en la zona dos importantes cecas, una en Calagurris y otra en Gracurris.

La religión cristiana se va introduciendo, proveniente de profetizaciones que llegaban desde la desembocadura del Ebro a finales del siglo II. Siendo ejemplo de la implantación de la religión en Calagurris, la actual veneración en Calahorra a los santos Emeterio y Celedonio, legionarios romanos.

Por el Edicto de Milán en el 313 se permite libertad de culto en el Imperio romano. En el siglo IV se crea la diócesis de Calahorra

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